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Somos un laberinto, donde cada cruce es una parte de nosotros, donde muchos entran y pasan por varios cruces y nos van conociendo; sin embargo, en todo laberinto hay caminos sin salidas y es ahí donde las personas no deben caer, por que esos caminos cerrados son nuestras partes oscuras, esas partes que solo mostramos cuando nos hacen daño y nos lastiman, cuando nos hacen salirnos de nuestras casillas, y despiertan esos sentimientos retraídos que están en reserva para aliviarnos y de alguna u otra manera sacar ese "ODIO" que sentimos, tranquilos no se alarmen, dirán que vieja tan extremista, pero dentro de cada quién existe ese otro "yo". Cuando se sienten muy perdidos y la desesperación los lleva a buscar rápidamente la salida, de repente vuelven y se encuentran atrapados, empiezan a gritar y se olvidan se seguir explorando esos cruces, muchos dicen: pero ya para que!!!, y en cierto modo es verdad “ya el daño esta hecho”, pero como seres humanos que somos tenemos ese corazoncito para perdonar y no todo es fatal; sin embargo hay seres que persisten en hacer sentir mal y ya no visualizan las cosas buenas que pueden seguir encontrando, importa más el salir libre y sin rasguños, que haber aprendido mucho de cada uno y querer llevarse el recuerdo de haber golpeado con las palabras.

Los seres humanos somos extraños en esencia y personas en detalle, cada quién tiene su personalidad y es un nuevo laberinto para recorrer, cuando quieres ingresar a muchos, lo que haces es explorar y encontrar fácilmente la salida, no se por que tenemos que perdernos y tratar de lastimar; además de lastimarnos mutuamente. Abre el corazón, que yo te abriré el mío, para que cuentes conmigo y te ayudaré a que conozcas sobre mi en transparencia y puedas lograr llegar al otro extremo, donde estaré yo esperando haber encontrado alguien que valore lo que hago yo por mi y por los que me rodean.

“Involúcrate a explorar un mundo nuevo”